La puerta de las Hadas

Los vecinos de Abril siempre están muy ajetreados. No tienen tiempo de fijarse en las flores que nacen en rincones escondidos, ni en el musgo que asoma entre las baldosas de la acera… ni en un petirrojo que aletea junto a una portezuela oculta en un árbol.

Abril, sin embargo, es una niña que se fija en las pequeñas cosas. Por eso, siguiendo el petirrojo, cruza la puerta y entra en el mundo de las hadas. Allí descubrirá cómo las pequeñas ayudantes de la naturaleza cuidan la tierra y cambian las estaciones… y también se dará cuenta de que nadie es demasiado pequeño para cambiar las cosas.